Análisis

La trampa de Asia pacífico y Norteamérica

CARLOS POBRE - 5 marzo, 2013

Las perspectivas globales de Crédito y Caución para 2013 prevén un crecimiento del comercio mundial cercano al 2%, impulsado por la evolución de los países emergentes. Sin embargo, las regiones emergentes con mayores tasas de crecimiento económico presentan, también, los mayores niveles de impago en estos momentos.

2013 se abre como un desafío para las empresas españolas. El crecimiento de su mercado natural seguirá siendo muy débil. La demanda y el consumo privado se mantendrán deprimidos a causa de la tasa de desempleo, la presión salarial, la fragilidad del sector bancario y las medidas de austeridad.

Para sobreponerse a este entorno tan complejo, nuestras empresas afrontan una mejora de su competitividad y productividad sin precedentes. Su mercado natural, España, representa apenas el 1% del mercado global. Hoy, la pregunta que prácticamente todas las empresas españolas se hacen es cómo afrontar el 99% restante. ¿Tiene sentido internacionalizar mi actividad? ¿Qué mercados debería abor- dar? ¿Qué estrategia de comercialización debería utilizar? Responder correctamente a estas preguntas es, hoy, más importante que nunca.

El sector exportador español está relativamente sano y es competitivo, pero cuenta con una diversificación geográfica limitada. Cerca del 60% del total de nuestras exportaciones están concentradas en la zona euro. Uno de los grandes retos que afronta nuestro tejido empresarial es modificar su reducida presencia en Asia Pacífico, eje actual del dinamismo económico.

Si a algo se parece el mundo en estos momentos es a la superficie de un enorme estanque batido por las ondas que produce la caída de una piedra. En nuestras Perspectivas de Primavera de 2012 ya destacábamos la importancia de la crisis de la zona del euro y sus efectos en la economía mundial. En 2012, por primera vez, se contemplaba el riesgo de un derrumbe de la zona del euro. Crédito y Caución no consideró entonces, y tampoco ahora, que dicho derrumbe pudiera producirse, ya que, en nuestra opinión, existen fuerzas económicas contundentes que obligarán a tomar medidas, tal vez a regañadientes, para controlar la crisis: el coste de un derrumbe, en términos económicos y políticos es simplemente gigantesco. No obstante, no cabe excluir la posibilidad de que los políticos, o un electorado a la deriva no lo asuman, lo que tendría consecuencias similares a la caída de Lehman para la economía mundial.

Seis meses después, el mejor resumen de nuestras Perspectivas de Otoño con las que nos adentramos en 2013, es que no nos hemos acercado más al abismo de una nueva crisis económica mundial. Es una buena noticia. Cabe incluso afirmar, partiendo de los resultados de la Cumbre europea de junio, que la situación ha mejorado, al menos a un nivel fundamental. En efecto, junto al Pacto Fiscal, el MEDE, la Supervisión Bancaria Europea y una actuación más firme del BCE en los mercados de deuda soberana, se han dado pasos hacia la unión fiscal y la unión bancaria. Dichos pasos han reforzado claramente la arquitectura de la Unión Monetaria Europea. Pero al mismo tiempo, como suele ser habitual en los asuntos europeos, la implementación de las medidas se enfrenta a múltiples obstáculos, principalmente de naturaleza política. Esta es la principal razón por la que tampoco podemos reconsiderar nuestra evaluación del riesgo que presenta hoy operar en la economía mundial. Es, sencillamente, demasiado pronto para hacerlo.

Nuestras perspectivas para 2013 hablan de crecimiento. Las turbulencias que afectan a la zona del euro se han estabilizado, Estados Unidos ha anunciado una nueva dosis de estímulo monetario que adoptará la forma de un tercer programa de expansión cuantitativa y China está intentando evitar con toda firmeza un aterrizaje duro inyectando 158.000 millones de dólares de inversión. Prevemos que el crecimiento económico mundial en 2013 escale dos décimas hasta el 2,8%, al salir Europa Occidental de la recesión y registrarse un nuevo impulso de las economías emergentes.

El principal motor de la economía mundial en el próximo período seguirá siendo el crecimiento en Asia y América Latina, donde nuestras exportaciones están creciendo a tasas en el entorno del 20%. Las economías emergentes siguen dando alcance a las economías avanzadas y su peso económico sigue creciendo. La economía de la zona euro se estancará, con un crecimiento de tan solo el 0,2%. Las perspectivas de la Europa emergente siguen estando muy influenciadas por las restrictivas condiciones de crédito y el débil clima económico en la zona del euro. No obstante, se prevé que el crecimiento en la región aumente hasta el 3,3% en 2013.

El crecimiento en América Latina aumentará hasta situarse en el 3,8%, al tiempo que el crecimiento en Asia se estabilizará en el 4,9%. El crecimiento económico de China se ha desacelerado en los últimos seis meses más de lo previsto, debido a una drástica caída del crecimiento de las exportaciones, si bien se prevé que llegué al 8,1% en 2013. La región de Oriente Medio y Norte de África sigue registrando disturbios políticos y crisis económica. Estados Unidos persistirá en su débil recuperación con un crecimiento previsto del 2,1%. Una escalada de la crisis de la zona euro sigue siendo el mayor factor de riesgo para el cumplimiento de estas perspectivas mundiales. También tendría un impacto importante una subida significativa del precio del petróleo.

En este marco, el comercio mundial entre empresas crecerá un 2% en 2013. Un 2% más de actividad, de oportunidades, de clientes, de crecimiento de la primera línea de la cuenta… El crecimiento está ahí fuera, pero el entorno de negocio para lograrlo será tremendamente complicado para las empresas. Muchos mercados a los que ya exportamos están enfermos. Nuestras proyecciones de insolvencia para 2013, como puede verse en esta pequeña matriz de tres por tres (grafico), apuntan a un mayor deterioro en muchos merca- dos, partiendo de los altos niveles actuales. Según nuestras previsiones económicas para los principales mercados de la OCDE, solo Estados Unidos, Japón, Noruega y Canadá verán indicios de mejora en sus niveles de insolvencia. Nuestra percepción de riesgo de crédito corporativo sigue siendo negativa y el universo empresarial presenta riesgos de impago significativamente mayores que hace un par de años.

Gestionar el riesgo de crédito comercial y proteger el negocio de los impagos es esencial

En 2012 nuestros Barómetros de Comportamiento en Pagos escudriñaron algunas de las zonas con mayor potencial de crecimiento para las empresas europeas y españolas. Lo que han encontrado es un empeoramiento de los riesgos en las zonas de mayor crecimiento económico.

Las empresas de la región de Asia-Pacífico han experimentado un aumento significativo de su tasa de impago en las operaciones comerciales. El valor de las cuentas incobrables ha pasado del 3,6% en 2011 al 5,0% en 2012. Este porcentaje alcanza un 7% en la India y Singapur y se sitúa en mínimos, apenas un 2%, en Japón. En torno al 30% del valor total de las operaciones comerciales entre empresas en Asia, con independencia de que se trate de operaciones a clientes nacionales o extranjeros, se liquida con retraso. De hecho, más del 10% de las facturas sigue sin pagarse tres meses después de su vencimiento. El mayor porcentaje de facturas B2B vencidas y no pagadas corresponde a Hong Kong, con el 35%.

Exportar a Norteamérica es también mucho más arriesgado hoy que hace un año para una empresa española. Casi el 28% de las facturas se pagan fuera de plazo en estos mercados y los plazos de cobro están creciendo claramente. Pero quizás lo más significativo es que la tasa de impago en los intercambios comerciales entre empresas en Norteamérica ha crecido hasta el 5,3%, frente al 4,0% de 2011. Los niveles de impago han aumentado en los tres mercados de la zona. Canadá registra el mayor crecimiento de los tres: el índice prácticamente duplica su valor al pasar del 2,9% en 2011 al 5,2% en 2012. Estados Unidos, donde la tasa estaba situada en 2011 en el 4,6%, escala hasta 5,6%, el nivel más elevado de los tres. Por su parte, en México, el crecimiento es de casi un punto, del 4,3% al 5,2%.

En México, el comportamiento del mercado interior presenta tasas de impago más acentuadas, con un 5,6% de incobrables en comparación con el 4,1% que se da en las operaciones con deudores extranjeros. En los otros dos mercados, sin embargo, el riesgo es superior en el comercio exterior. En Estados Unidos la diferencia es especialmente significativa, con una tasa de impago del 5,1% en el mercado doméstico frente al 6,6% de media que soportarán las empresas españolas que traten de abrir este mercado. En Canadá, la tasa del 4,8% en operaciones interiores se eleva hasta el 5,8% al comprar a empresas extranjeras. Las insolvencias en Estados Unidos o Canadá vienen disminuyendo en los últimos dos años, pero el aumento en los impagos refleja el hecho de que unos menores índices de quiebra no necesariamente se traducen en menores incumplimientos de pago.

En Europa Central y del Este la inestabilidad del clima económico afecta al 30% de los créditos comerciales entre empresas, que se están pagando tarde. Eslovaquia es el mercado que muestra más problemas con créditos internos atrasados, prácticamente el 36%, mientras que República Checa registra el mayor porcentaje, 33%, de facturas extranjeras pagadas con retraso. Pero quizás lo más significativo es que el comportamiento de Europa del Este es sensiblemente mejor al de otras zonas emergentes. Sólo el 2,6% de los créditos comerciales domésticos son impagados y el porcentaje queda en 1,8% para las facturas extranjeras. Las mayores tasas me- dias de impago se registran en Polonia: 4,4% en los créditos domésticos y 4,1% en las operaciones en el exterior.

La contracción económica de la zona euro ha desacelerado considerablemente el crecimiento de Europa Central y Oriental. De algún modo, las regiones emergentes con ma- yores tasas de crecimiento económico presentan, también, los mayores niveles de impago en estos momentos. Esos crecimientos en las tasas de impago indican que seguimos estando en un período muy inestable del ciclo económico. Las insolvencias empresariales permanecen en niveles altos, un síntoma de que las empresas procuran crecer de un modo agresivo, subestimando los problemas de demanda.

Gestionar el riesgo de crédito comercial y proteger el negocio de los impagos es esencial para el éxito en la internacionalización en este entorno empresarial tan frágil. Ayudar a las empresas españolas a conquistar la seguridad que necesitan para liderar las oportunidades de crecimiento mundial es el eje de la misión de Crédito y Caución.

Director de Comercio Exterior de Crédito y Caución